La ejecutiva advierte que el hidrógeno verde aún no es competitivo, pero enfatiza que es necesario actuar ahora para lograr que sí lo sea en 2030.
Este martes comenzará un evento clave para conocer la carta de navegación del gobierno para impulsar el hidrógeno verde en Chile, componente calificado como esencial en la transición energética, y que en los últimos meses despegó con la irrupción de los primeros proyectos pilotos en el país.
En la cita, se presentará una estrategia nacional, pero también se reunirá a grandes exponentes, como la CEO Mundial de la Unidad de Negocios de Hidrógeno de Engie, Michèle Azalbert, quien en esta entrevista por escrito recalca que el desarrollo del hidrógeno verde “está aquí para quedarse“.
Según relata, en julio la Comisión Europea publicó una estrategia de hidrógeno muy ambiciosa, enviando una señal clara a la industria. Mientras, recientemente en el plan del gobierno francés para este insumo -que forma parte del plan de recuperación para enfrentar las consecuencias económicas de la pandemia en ese país- se fijó como objetivos tener 6,5 GW de capacidad instalada de hidrógeno para 2030 con un apoyo de 7.000 millones de euros.
En Chile, la francesa junto a Enaex buscan posicionar el proyecto ‘HyEx‘, el que consiste en un complejo para la producción de amoníaco verde a partir del hidrógeno verde. “Este proyecto ya está en camino: se ha completado el análisis de prefactibilidad del primer paso y el proyecto podría comenzar en 2021 siempre que logremos un equilibrio económico adecuado“, indicó Azalbert.
– ¿Qué tanto mito y realidad existe respecto al hidrógeno?
– Algunos podrían mirar al hidrógeno verde hoy en día, argumentando que es un mito, como solían ver la energía solar hace 10 o 15 años. Pero en los últimos dos años ya se ha visto una tendencia de reducción de costos, como la de la energía solar en ese momento. No olvidemos que la mayor parte del costo del hidrógeno sigue siendo la electricidad, y esta logra nuevos récords cada año.
El hidrógeno verde no solo reducirá las emisiones de CO2, sino que impulsará aún más las economías locales a través de la creación de nuevos puestos de trabajo y la conservación de los existentes.
Esa es la razón por la que muchos países ya han integrado el hidrógeno en sus planes de recuperación. En Engie estamos involucrados en este negocio desde hace muchos años, se creó una Unidad de Negocios en enero de 2018, y estamos desarrollando una cartera de proyectos de hasta 7 GW en todo el mundo, algunos de ellos ya en construcción.
– ¿Cuáles son las dificultades que ha tenido el desarrollo del hidrógeno verde?
– Un gran desafío es la competitividad. El hidrógeno verde aún no es competitivo en comparación con el producido a partir de combustibles fósiles. Sin embargo, los expertos en energía coinciden en que, considerando la disminución de costos de las energías renovables y de la electrólisis, esta brecha de competitividad debe cerrarse para 2030 en los lugares más prometedores.
Para cumplir nuestros objetivos climáticos y desbloquear por completo el potencial de descarbonización del hidrógeno, debemos actuar con rapidez y pensar en grande. Necesitamos invertir en proyectos a escala industrial y elaborar ahora los esquemas de apoyo necesarios para permitir que estas tecnologías (electrolizador, almacenamiento a gran escala, pila de combustible) proporcionen soluciones competitivas para 2030.
La asociación público-privada será clave. Las acciones y los esfuerzos deben ser colectivos: a nivel internacional, regional y nacional y por todos las partes interesadas.
– ¿Es realista que Chile se posicione como el productor de hidrógeno verde más barato?
– Chile es uno de los países con el mejor potencial para energías renovables en el mundo. Chile, específicamente su norte, se está beneficiando de su gran potencial de ERNC y tiene un papel clave para impulsar el aumento de la producción de hidrógeno renovable en condiciones competitivas. Pero no olvidemos que el costo no solo viene por los recursos renovables, sino también por la escala del proyecto y las condiciones de financiamiento. Los países con buenas políticas y apoyo en estos aspectos estarán en una posición muy competitiva.
– ¿De qué depende que Chile se pueda convertir en una de las potencias?
– Chile tiene la ventaja de contar con condiciones excepcionales y que lo colocan en una posición privilegiada. Sin embargo, como en todos los sectores, será clave que las autoridades establezcan un marco regulatorio que dé certeza y establezca reglas claras de juego, y también ofrezca apoyo específico para acelerar el cambio de las industrias.
– ¿Cuáles son los aspectos clave que debe considerar Chile a la hora de elaborar una regulación sobre este tema?
– Chile se ha caracterizado históricamente por la certeza y las reglas claras, y esperamos que esto se refleje en una estrategia integral de hidrógeno renovable. Necesitamos invertir y elaborar ahora las regulaciones requeridas y los esquemas de apoyo para permitir que las tecnologías de hidrógeno renovable brinden soluciones competitivas y adaptadas para 2030, a fin de realizar todo el potencial de descarbonización del hidrógeno.
Una política eficiente para apoyar al sector es el resultado de tres líneas de acción: apoyo al suministro de hidrógeno mediante el desarrollo de un mecanismo específico para compensar, de forma temporal, la brecha de competitividad entre las soluciones renovables, por un lado, y las soluciones fósiles por el otro; apoyo a la demanda de hidrógeno; y desarrollo de una visión integral del desarrollo del hidrógeno para la descarbonización del país.