• Este financiamiento nos permite continuar avanzando en nuestro plan de transformación energética, cuyo objetivo es concluir el cierre y/o reconversión de las unidades a carbón, transitar desde la generación de energía en base a combustibles fósiles a la de energía renovable e instalación de sistemas de almacenamiento.
Hace algunos días desde ENGIE Chile junto a la Corporación Financiera Internacional (IFC) -miembro del Grupo del Banco Mundial- anunciamos la firma del primer préstamo vinculado a la sostenibilidad que otorga el organismo internacional en el sector energético en Chile.
Este financiamiento, por un total de US$ 400 millones, nos permite continuar avanzando en nuestro plan de transformación energética, cuyo objetivo es concluir el cierre y/o reconversión de las unidades a carbón y, en efecto, transitar desde la generación de energía en base a combustibles fósiles a la generación de energía renovable e instalación de sistemas de almacenamiento.
Además, esta iniciativa es un hito de gran importancia para el ecosistema energético, ya que marca un precedente para el sector y porque desde hace un tiempo los organismos financieros internacionales mantienen a Chile en la mira de su lista de inversiones ligadas a energías renovables, lo que hoy se hace realidad.
Por otra parte, nos permite dar cuenta que la sostenibilidad es parte fundamental de nuestra estrategia. Es así como llevamos adelante medidas y acciones concretas que van en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Ejemplo claro de esto es que el préstamo está vinculado a nuestro desempeño ESG, comprometiéndonos con el IFC con metas sobre indicadores no financieros en materia de emisiones y diversidad.
Respecto a la contribución a la matriz, este préstamo verde aportará a facilitar el suministro de energía limpia al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), haciéndolo más eficiente, proporcionándole mayor seguridad y mitigando la intermitencia de la generación renovable mediante la implementación de la tecnología BESS de almacenamiento de energía.
A lo anterior se suma que los parámetros impuestos por la institucionalidad hoy nos llevan a construir sociedades con sistemas económicos más ecológicos, resistentes y circulares, pero al mismo tiempo seguros, eficientes y sólidos. Ya lo vimos en la COP26 sobre cambio climático, donde se enfatizó el rol clave de la inversión sostenible para cumplir el objetivo global de cero emisiones pues sin los vehículos de inversión adecuados, las ambiciosas metas que nos hemos propuesto carecen de viabilidad.
La transición energética no es un proceso único de transformación, sino varios procesos de cambio que suceden al mismo tiempo y que responden a elementos multi sistémicos que involucran gobiernos y regulaciones, empresas y modelos de negocios viables y sostenibles, y una ciudadanía que comprenda que los objetivos requieren de procesos de transición paulatinos y sistemáticos en el tiempo para lograrse de manera adecuada. Con este hito, hoy en el sector energético en Chile, de la mano de IFC damos un paso más para que estos procesos de cambio impacten positivamente al país.
Eduardo Milligan,
CFO de ENGIE Chile.